lunes, 21 de julio de 2008

mi tío Pollo...

Hoy publico extractos de un texto aparecido en la revista Centenarios, editada por la Secretaria de Educación de Veracruz cada bimestre. El texto, escrito por Raúl Hernandez Viveros, encuentra su protagonista en un personaje de esos que ya no nacerán, un fuera de serie, mi tío pollo...

Rubén se llenó de orgullo la tarde que le presente a Juan Carlos Onetti, quien al cumplir sus setenta años, se le organizaba un homenaje provinciano en nuestra ciudad. Delante de Ángel Rama, Carlos Martínez Moreno y Erick Nepomuceno, le dije al maestro Uruguayo.

-Juan Carlos, te presento a El Pollo.
-¿El Poyo?
-No, el verdadero y único Pollo.

En otra ocasión pudo conocer a Julio Cortázar, y de esta entrevista guardó una fotografía como muestra de que realmente aconteció. El autor de Rayuela. Con el acento francés en sus palabras le pregunto a Rubén:

-¿Que eres Pollo, una fama o un cronopio?
Rubén sintió el resplandor de la fama y el misterio de los cronopios,
se atrevió a responder:
-Mis amigos me llaman El Pollo, formo parte de la linea fronteriza
entre una fama y un cronopio.
Quiero contestar como lo hizo Bartleby: "preferiría no hacerlo"...


Y como una herencia escondí entre mis libros algunas hojas con la difícil y complicada letra de Rubén, quien al acercarse a la edad madura se dedicó a vender libros y a fundar junto con uno de sus hermanos, el Museo de la Ciudad, en honor a su abuelo, uno de los fundadores de un pueblo de personas enloquecidas por el viento fuerte y extraño de la surada que viene desde el Golfo de México. No hay más remedio que envejecer juntos hasta la aparición del juicio final, y sin despedirse se dirigió a buscar la inmortalidad.

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