sábado, 12 de junio de 2010

GÓGOL sobre Italia.

A fin de cuentas, la prodigiosa reunión de épocas pasadas y el encanto de su fusión con una naturaleza eternamente floreciente existe para despertar al mundo, para que el habitante del norte, como en un sueño, se imagine de vez en cuando el sur, y para que la visión de ese sueño lo arranque del ambiente de una vida gélida, dedicada a las ocupaciones que endurecen el alma, lo arranque de allí al sorprenderlo de pronto con una idea que lo conduzca lejos: el Coliseo de noche a la luz de la luna, Venecia maravillosamente lánguida, el esplendor imperceptible del cielo y los tibios besos de un aire prodigioso, y así, por lo menos una vez en la vida, sea un hombre exquisito...
Nikolaí Gógol, ROMA.

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